¡Stop! Parémonos a pensar…
Nuestro día a día va muy rápido, estamos inmersos en rutinas estructuradas que nos dejan poco tiempo para pararnos a coger aire. Hasta el ocio está planificado y parece que le tenemos miedo al “tiempo libre”, a tener “una media hora sin nada que hacer”, sin ninguna obligación ni plan previamente establecido.
Sin embargo, este tiempo puede ser y de hecho, es, mucho más valioso de lo que creemos. Además de servirnos para parar y coger aire, para ver que no pasa nada por “no hacer nada”, nos vale para poder parar.
¿Y qué hago cuando “paro”? Un parón supone una oportunidad de abrir la puerta a la reflexión. Sí, eso que a menudo no hacemos (o al menos no conscientemente) y que realmente, nos puede resultar muy útil: podemos estructurar o parcelar áreas, a revisar el orden de prioridades que otorgamos a las mismas, analizar el mundo externo, así como nuestros procesos internos, qué depende de nosotros y qué no… Y dentro de lo que podemos controlar: qué queremos cambiar, qué nos gusta, qué podemos hacer mejor y en qué no nos tenemos que exigir tanto.
Esto puede darnos incluso miedo al principio (y más a día de hoy, donde tememos parar y hacer consciente la situación que vivimos), pero en realidad, dedicar un espacio y tiempo concreto a este fin, puede ayudarnos a reconciliarnos con nosotros mismos y con el/los otros, a hacer conscientes nuestras emociones, a organizar nuestros pensamientos, integrarlos… En definitiva, ser consciente y organizar nuestro mundo interno, nos permite, en consecuencia, hacerlo con lo que mostramos al mundo y cómo nos manejamos en el mundo externo.
La trampa del sobre-análisis: “parálisis” por exceso de “análisis”
Seguro que más de una vez, te has planteado que “dar demasiadas vueltas” te lleva más a un mareo innecesario que a una solución. Debemos ser conscientes de la trampa del “sobreanálisis”, que lejos de ayudarnos nos puede perjudicar.
En definitiva, encontrar un punto medio. Debemos diferenciar, ¿puedo o no puedo cambiar esto que me preocupa? Tendremos que clarificar previamente qué depende de mí y qué no, y por tanto, se sale de mi control. Si no depende de mí y no depende de uno mismo cambiarlo, tendremos que hacer un ejercicio de aceptación. Por otro lado, aquello que haya concluido que sí depende de mí y que puedo controlarlo, hacer uso de mis recursos para cambiar aquello que sí que está en nuestras manos. De este modo, seremos capaces de establecer planes de acción adaptativos y acordes a las circunstancias.
Indirectamente, dedicar un espacio a la reflexión también nos sirve a nivel preventivo, para evitar que aparezcan pensamientos recurrentes disfuncionales, interfiriéndonos negativamente en nuestra calidad de vida (por ejemplo, en el descanso).
Las Preguntas Poderosas: una herramienta para reflexionar
Desde Alba Psicólogos te queremos proponer algunas Preguntas Poderosas que te pueden ayudar a tener un diálogo contigo mismo funcional. Te facilitamos varias, ya que según la situación en la que te encuentres te pueden ayudar más unas u otras:
- Para esos momentos en los que no sabemos que escoger y nos cuesta decidir, cabe plantearse: ¿qué pasará si lo hago, y qué si no? ¿cuáles son las ventajas y cuales los inconvenientes de cada opción? ¿hay algo prioritario, a lo que no quiero renunciar de ninguna manera? ¿cuál es el resultado que deseo conseguir?
- Para aquellos momentos en los que un problema nos ronda recurrentemente y nos vemos en una encrucijada sin saber por dónde empezar a resolverlo: ¿hubo alguna situación similar en el pasado de la que saliste con éxito? ¿cómo la solucionaste entonces? ¿qué pasos seguiste? ¿si un amigo/familiar estuviera en tu misma situación y te pidiera consejo, que le dirías? ¿si miras tu vida como un todo, que relevancia tiene esto dentro de ella, verdaderamente es tan grande? Imagina que han pasado un par de años y todo ha salido como querías… ¿qué has hecho para conseguirlo?
- Para afianzar nuestros valores, reflexionar sobre en qué dirección queremos ir, identificar aquello en lo que creemos y aquello que no estamos dispuestos a tolerar: ¿qué estas soportando o tolerando actualmente que te hace sufrir? ¿cuáles son las cualidades que más admiras de otras personas, y de ti? ¿de qué manera crees que te “autosaboteas”? ¿si tuvieras que elegir 2/3 valores que dirigen tu vida, cuáles serían, qué significan para ti? ¿Cuándo seas mayor y mires atrás, que te gustaría decir de tu vida? ¿qué te encanta?, ¿qué odias? ¿qué impacto tendrá x decisión en tus valores o principios?
- Para enfrentarse a los miedos a fracasar, inseguridades acerca del futuro, cuando la incertidumbre se apodera de nuestros pensamientos y vemos limitaciones a nuestro alrededor: ¿qué es lo peor que puede pasar si las cosas no salen como deseas? ¿qué harías si fracasas? ¿qué te está paralizando para actuar? ¿de dónde proceden los obstáculos que te están limitando?
- Para aquellas situaciones en las que no sabemos por dónde empezar y necesitamos planificarnos: ¿qué acciones vas a acometer y en qué orden? ¿cuáles son tus siguientes pasos, cuándo los darás? ¿qué es prescindible y puedes dejar de hacer para centrarte en esto? ¿desde hace cuándo estás pensando en dar ese paso? ¿qué te hace falta para estar listo?
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