El “ser humano” y su tendencia de proyección futura
En los tiempos que corren, el ser humano no para de proyectarse en lo siguiente de lo que le toca ocuparse, en lo próximo que deberá planificar o resolver… estamos la mayor parte del tiempo instalados en un “modo hacer” que hemos automatizado y que en muchas ocasiones consigue que perdamos el contacto con el “ahora” o bien, que transitemos por él “de puntillas”.
El Pequeño Libro de la Paz Interior de Ashley Davis Bush, resume muy bien el ritmo acelerado de cada vez más personas en el mundo: nos levantamos, rápidamente ya estamos en marcha, de camino al trabajo a toda velocidad, vamos apurados a hacer la compra, la comida y las tareas de casa, corremos de nuevo para hacer ejercicio o para tomar un café fugaz con nuestra/nuestro mejor amiga/amigo, y al fin llega la hora del baño, de cruzar un par de palabras con nuestras parejas, hijos… hasta caer desplomados en la cama y volver a empezar el mismo proceso al día siguiente.
Lo cierto es que por mucho que la vida pueda parecer una avalancha continua de actividades, existen numerosas ocasiones en las que es posible identificar los puntos de transición entre unas y otras, haciendo una pausa con atención plena.
“La atención plena es una conciencia sin juicios que se cultiva instante tras instante mediante un tipo especial de atención abierta, no reactiva y sin prejuicios en el momento presente.” JON KABAT-ZINN
Y es que cada paso que damos anticipando el que vendrá después, es como intentar leer el capítulo de un libro, mientras a la vez, hojeamos lo que pasará en uno posterior.
En nuestras mascotas, por ejemplo, podremos comprobar con mayor evidencia que viven enraizadas al presente como si no hubiera un mañana, en el sentido literal de la expresión. Perciben cada minuto como lo único que les pertenece, aceptan sus experiencias tal cual les suceden y sus reacciones son un reflejo de lo que ocurre “aquí y ahora”, segundo a segundo.
¿Cómo entrenar nuestra consciencia del “aquí y ahora”?
No obstante, reconozcamos de igual manera que apearse de lo frenético a veces es un verdadero reto. Es pensando en ello que podemos tener en cuenta las Claves para vivir de una manera más plena y consciente que se describen a continuación:
- Baja el ritmo: elige varios momentos del día y haz un “Stop” en tus tareas para tomar conciencia de cómo te estás encontrando, hacia dónde vas en ellas, qué necesitas.
- Pon atención en tu respiración: ¿cómo observas el aire que entra y sale de tu nariz? ¿Cuál es su recorrido? Respirar es el termómetro emocional más fiable que tenemos y nos ayuda a discriminar el tono de nuestras emociones y sentimientos (ansiedad, calma, miedo…).
- Conecta con tu cuerpo como “ancla”: las señales corporales son verdaderas raíces al terreno del ahora en el que queremos sostenernos. Nos informan en tiempo real de nuestra vivencia.
- Identifica las emociones que te acompañan, deja que estén, escúchalas y mira ver qué mensaje te dan. Nuestra parte emocional siempre acontece en el presente.
- “Hacer la NADA”: Trata de intercalar entre tus actividades un espacio para “dejar de hacer ocuparte”. Esto únicamente requiere “ESTAR” (observar, sentarte, descansar) sin programar ninguna otra acción, permitiendo y aceptando lo que ocurra mientras tanto sin cambiarlo.
- Date solo 1 MINUTO (puede ser más si lo deseas): esto favorece hacer la transición entre una tarea y la siguiente, facilitándonos a la vez cerrar una ocupación, tomar un respiro y predisponernos para la próxima con menos agitación.
- Agudiza tus 5 sentidos: sumérgete en las sensaciones que te brindan los olores, lo que saboreas, lo que escuchas, lo que acaricias u observas a tu alrededor, aun más cuando dicha estimulación es placentera.
- Mejora tu experiencia presente: actúa ahí cuando sea posible hacer más agradable ese instante que nos desespera o que nos inquieta, recuerda que sobre el presente tienes ese margen de maniobra que el futuro no te ofrece.
- Convierte alguna de tus rutinas diarias en una conducta consciente: selecciona al menos una actividad que realices de forma ordinaria y lleva tu atención exclusivamente a ella durante su realización. - Crea tus propios “anclas”: además de la respiración y de las sensaciones del cuerpo, podemos ser creativos eligiendo otros referentes que nos recuerden el aquí y el ahora, por ejemplo, un pequeño objeto, una pegatina llamativa a la vista, una frase, un mantra…
- Medita, practica mindfulness o yoga: como herramienta más formal y estructurada que actúe de guía para centrarnos en el ahora.
“La meditación es, simultáneamente, la actividad más sencilla del mundo (porque no supone nada especial que hacer ni lugar alguno al que ir) y la más compleja (porque nuestro hábito de distracción está tan arraigado que resulta muy difícil que nuestra conciencia lo vea y lo desmantele)”. JON KABAT-ZINN
En definitiva, la vida es aquello que está sucediendo en este instante, ¿te apetece saborearlo?
Alba Psicólogos
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