Las mascotas tienen un papel importante en la sociedad actual. Están presentes en nuestro día a día durante años, por lo que su compañía se hace fundamental en nuestras vidas y pueden llegar a convertirse en una parte más de la familia.
Sabemos que los animales de compañía generan emociones muy fuertes en las personas, y los beneficios psicológicos de convivir con animales han sido profundamente estudiados.
Facilitan la expresión emocional
Una de las bases de las relaciones interpersonales es la identificación y expresión emocional. La gestión de las emociones es algo complejo, que puede suponer dificultades para cualquier persona a lo largo de su vida. Estas dificultades son especialmente llamativas en algunos grupos de población, como pueden ser los niños y adolescentes, en pleno proceso de desarrollo, o personas con algún tipo de discapacidad psíquica.
Las mascotas suponen una forma de aproximación a las relaciones interpersonales. Si bien su rango emocional es más básico que el de los humanos, cuando interactuamos con ellas estamos poniendo en práctica la expresión emocional, y esta práctica puede facilitar más tarde nuestras interacciones con otras personas.
Favorecen la responsabilidad
Los animales de compañía dependen de nosotros para su supervivencia. Tener una mascota supone una gran responsabilidad, por lo que su cuidado puede ser muy útil de cara a enseñar y aprender este tipo de compromiso.
Esto es especialmente destacable en niños. Convivir con animales puede ser beneficioso para que aprendan a tener obligaciones, algo que luego podrá generalizarse con mayor facilidad a otros aspectos de su vida. Ahora bien, para que esto sea así es fundamental que quede claro su papel en el cuidado de las mascotas, y que no acaben derivando todo aquello más “tedioso” en los adultos.
Ayudan a mantener nuestra activación
Como se explica en el punto anterior, tener mascotas implica la obligación de cuidarlas. Es decir, nos hace mantener una serie de acciones diarias, que debemos llevar a cabo, aun cuando no nos apetezca. En el caso de los perros estas obligaciones conllevan incluso salir de casa todos los días.
Mantenernos activos es fundamental para nuestro bienestar psicológico, ya que nos hace interactuar con el medio que nos rodea y evita el aislamiento. Además, el hecho de pasear a un perro tiene también beneficios físicos, especialmente en personas mayores, ya que favorece la práctica de ejercicio físico moderado a diario.
Reducen la sensación de soledad
Tener mascota puede ser muy recomendable para las personas que viven solas o pasan grandes cantidades de tiempo solas, ya que los animales nos hacen compañía de forma incondicional. La sensación de soledad puede reducirse si, aun estando solos, hay algo de movimiento y ruido en nuestra casa. Además, debemos tener en cuenta que no solo nosotros buscamos su cariño, ellos también necesitan nuestros cuidados, e incluso pueden llegar a percibir, a un nivel básico, nuestro estado emocional, por lo que se puede establecer una relación de cuidados recíproca.
Refuerzan la autoestima
Debido a todos los beneficios anteriores, las mascotas pueden generar en nosotros sentimientos de valía, saber que dependen de nosotros puede hacer que nos sintamos útiles y necesarios. Los animales no nos juzgan y nos proporcionan muestras de cariño de forma espontánea, lo que puede favorecer que nos sintamos queridos y mejorar nuestra autoaceptación.
Por todo ello, los animales nos hacen mantener un estado de ánimo más positivo, y numerosos estudios demuestran que son un factor de protección frente a la depresión.
En definitiva, las mascotas pueden ser grandes aliados de nuestro bienestar psicológico, por lo que contar con un animal en casa puede ser muy positivo. Sin embargo, no podemos olvidar que las mascotas son seres vivos. Antes de incluir a un nuevo miembro en nuestra familia debemos asegurarnos de poder asumir toda la responsabilidad que eso conlleva. Si lo hacemos así, podremos convivir durante mucho tiempo con una fuente de amor incondicional.
Alba Psicólogos
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