Lo que expresas sin palabras: la importancia de la comunicación no verbal

¿Crees que es posible no comunicar? Si tu respuesta es NO, ¡¡estás en lo cierto!! Sin darnos cuenta, nuestro cuerpo transmite constantemente información. Del mismo modo, también sin ser conscientes de ello, cuando mantenemos una conversación con otra persona, nuestro cerebro decodifica continuamente estas pequeñas señales y activa la alarma cuando aparece una incongruencia. Dime una cosa, si un compañero te felicita verbalmente, pero su expresión facial dice todo lo contrario ¿con qué información te quedas?

Según el psicólogo Albert Mehrabian, cuando las palabras y señales no verbales entran en conflicto, confiamos más en el canal no verbal. Es más, este autor, afirma que cuando la conversación es de índole emocional, solo el 7% de lo que recibe nuestro interlocutor proviene de lo que hemos dicho verbalmente, mientras que, el 93% restante, proviene de la comunicación no verbal.

Teniendo en cuenta esta información ¿qué funciones tiene y cómo puedo usar a mi favor la comunicación no verbal? ¡¡Alto!!, ¡¡No tan rápido!! Primero tendremos que saber algo primordial:

¿Qué es la comunicación no verbal?

Hace referencia al proceso de transmitir información sin utilizar las palabras. Por tanto, además de lo que rápidamente se nos viene a la mente cuando pensamos en este término (expresión facial, mirada, posturas, gestos, movimientos corporales), esta también engloba aspectos del lenguaje como el tono empleado, el ritmo con el que se habla, el volumen de la voz, los silencios y el timbre. Asimismo, estudia el espacio y la distancia que guardan las personas al comunicarse verbalmente.

Ahora sí… ¿para qué sirve la comunicación no verbal?

• Enfatizar el lenguaje verbal: en este caso, la comunicación no verbal simplemente repetiría el mismo mensaje que hemos transmitido verbalmente con el fin de P. ej., mover la mano cuando decimos hola.
• Expresar sentimientos y emociones: nos ayuda a expresar el estado de ánimo en el que nos encontramos. P. ej., puede revelar nuestro nerviosismo en una presentación oral.
• Reemplazar nuestras palabras: puede, sencillamente, sustituir al lenguaje verbal. ej., si nuestro examen no ha ido bien y alguien nos pregunta, basta con realizar un gesto para que entienda que ha ido mal.  
• Orientar el modo en que el mensaje verbal debe ser interpretado: jugando con el tono y el volumen de nuestra voz, podemos cambiar el modo en el que nos estamos dirigiendo a una persona. No es lo mismo que alguien nos diga “¡ven!” con un tono fuerte y un volumen alto, que si lo dice en un tono dulce y volumen bajo.
• Contradecir la comunicación verbal: puede ocurrir que nuestra comunicación no verbal indique una cosa y la verbal otra muy diferente, creándose así la incongruencia de la que hablábamos al inicio. P. ej., decimos que estamos tranquilos, pero no paramos de mover las piernas o frotarnos las manos.
• Regular la interacción: ayuda a regular la comunicación con nuestro interlocutor dándole información. P. ej., cuando alguien está explicándonos algo y asentimos con la cabeza, indicamos que estamos atendiendo y asimilando el mensaje.

¿Cómo utilizar la comunicación no verbal a mi favor?

Algunos aspectos que pueden ayudarte a transmitir control, seguridad y confianza en tus interacciones (por ejemplo, en una entrevista de trabajo, en una presentación oral, en una reunión…) son los siguientes:

1. Mantén tu espalda erguida y la cabeza alta, con una posición firme, pero sin parecer demasiado rígido.
2. Sostén el contacto visual.
3. Busca la coherencia entre tu diálogo y tu cuerpo.
4. Respeta el espacio de la otra persona (si te acercas demasiado, puede sentirse invadido).
5. Introduce cambios de entonación en tu discurso, habla a buen ritmo, con pausas no muy largas y con un tono ni excesivamente bajo, ni excesivamente elevado.
6. Cuida tu imagen, pues de ella depende cómo te percibirán los demás.

Ahora que conoces la importancia de la comunicación no verbal, ¿a qué esperas para beneficiarte de ella? Sin duda, el control de la comunicación no verbal es un arte que no podemos conseguir al 100%, pero que, con entrenamiento, se puede mejorar.

Alba Psicólogos

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