¡¡¡Buenos días querid@s lectores!!! Hoy os traemos un pequeño fragmento para reflexionar… ¡no despegues la vista!
Adaptado de Fuente: “La invitación” Oriah Mountain.
A veces, en nuestra familiaridad con la belleza del paisaje de nuestra vida cotidiana, no logramos verla, nos olvidamos de acogerla, nos olvidamos de valorarla y de permitir que nos alimente.
La belleza nos encuentra y nos alimenta allí donde la verdad –cruda o agradable- se materializa. Llamemos a la verdad para que venga a nosotros.
Y aun si esta verdad es dura, si la belleza que revela no es agradable, saciará nuestra profunda hambre de verdad liberando tensiones a un nivel interior muy profundo.
Encontrar y aceptar la verdad no siempre es fácil.
La gratitud aumenta mi capacidad de recibir la belleza en mi vida. Saber ver la belleza no significa restringir nuestra visión y considerar dignas sólo algunas de sus manifestaciones.
Significa ampliar nuestra definición de la belleza, dejando de lado nuestras opiniones y apreciando tanto la serena dicha de pasear en bicicleta al borde del lago, como la excitante sensación de conducir un coche deportivo rojo cereza que se aferra al asfalto, así como sentir la abundancia de agua caliente que desciende por mi cuerpo.
Significa aceptar el hecho de ser una mujer de mediana edad tal como lo reflejan tanto las arrugas como la flaccidez de mi rostro y de mi vientre y el brillo de mis ojos.
Alba Psicólogos
Avda. Príncipes de España, 41 (28823 – Coslada, Madrid)
hablamos@albapsicologos.com 91.672.56.82
Imágenes texto: https://pixabay.com/en