Imagina que llegas un día a la consulta con tu psicóloga o psicólogo, y te dice que elijas uno de esos variopintos cojines que tiene para representar aquello que está rondando dentro de ti. ¿Cómo te quedarías? Nada menos que un poco atónita/o, pues bien, conozco de cerca esa sensación…
Aún recuerdo la primera vez que tuve que colocarme delante de un almohadón, darle voz, forma, vida, hacer de él un personaje y meterme en su papel…Esto me llevó a conectar con esa parte emocional de mí misma, a conocerla de cerca y comprenderla para llevarme mejor con ella… consiguiendo un resultado tan movilizador como sanador.
Fue a raíz de esa experiencia personal que decidí hacer caso a mi curiosidad, acercándome despacio al Psicodrama, motivada por entablar una relación con él que me permitiese incorporar su formación vivencial en mi mochila de psicoterapeuta.
Puede parecer extraño que el teatro, conocido como un género para la expresión, el arte y el entretenimiento, pudiera demostrar un poder tan transformador dentro de la terapia. Lo cierto es que gracias al potencial de lo dramático, es posible utilizar el contexto terapéutico como el escenario que el paciente precisa para representar el papel que juega en su relación con los distintos ámbitos de su vida, y en el que ensayar los roles que necesita aprender de cara a tener un mejor funcionamiento vital.
¿Qué es el Psicodrama?
El Psicodrama es una manera de hacer psicoterapia, considerada dentro de las psicoterapias humanistas, las cuales comparten la profunda creencia en el ser humano y sus recursos para enfrentarse y superar los conflictos vitales (Escuela de Psicoterapia y Psicodrama, Madrid).
El creador de este enfoque fue Jacobo Levi Moreno en 1921 y lo propone como una psicoterapia del encuentro: una relación interpersonal “yo-tú”, un lugar generador del cambio, donde el cambio será la consecuencia de ir nutriendo las necesidades no cubiertas del “tú” (paciente), para que adquiera los recursos necesarios y pueda satisfacerlas por sí mismo (Teodoro Herranz, 2020). Se realiza siempre desde roles asimétricos que colaboran pero de manera que el que “yo“ (terapeuta) se implica en el proceso facilitando al “tú” que pueda descubrir sus propias herramientas. En su inicio nace pensado para intervenir de manera grupal, sin embargo, su práctica se extendió al trabajo en bipersonal (solos paciente-terapeuta).
El psicodrama brinda a los participantes la oportunidad de explorar situaciones de la vida desde la perspectiva del presente, el pasado y el futuro. Para este fin se sirve de técnicas activas, es decir, que mueven a la acción en el mismo contexto de la sesión. El sentido de estas técnicas es el de lograr la conciencia y la experimentación del mundo emocional, donde el protagonista trata de reproducir y vivenciar el conflicto que le hace sufrir, así como su reparación, ensayando una acción o respuesta diferente a la que pudo dar en su momento. Se busca la transición entre el cambio interno (“contarlo”) al externo (“hacerlo”).
“Técnicas activas como herramientas de la cura emocional del paciente”
- Elementos para la dramatización
Como en las obras teatrales, las escenas que se trabajan desde el psicodrama en terapia también requieren de los siguientes elementos:
- Escenario: espacio físico en el que sucede la dramatización y marca la distancia necesaria entre el paciente y el terapeuta. Se constituye de todos aquellos elementos relevantes (desde objetos, personas, muñecos a almohadones, etc.) para que el protagonista reconozca la escena como lo más realista posible.
- Director: es el rol del terapeuta llevado a la escena, es quien la facilita, quien crea el espacio donde transcurren los actos, regula la interacción entre el protagonista y otros personajes, la emocionalidad, los tiempos y los papeles del protagonista. Todo ello desde la creatividad, sin tener conocimiento previo de a dónde conducirá la escena inicial.
- Protagonista: es el agente terapéutico (“paciente”) que genera la acción y/o moviliza al grupo cuando hay más participantes en la terapia. Es él quien elige a los demás personajes de la dramatización. Representa al “actor” teatral propiamente dicho.
- Grupo: resto de integrantes (cuando estamos en un proceso de terapia grupal) que da soporte a la escena. Equivalen al público del teatro.
- Yoes auxiliares: personajes (miembros del grupo de psicoterapia) u objetos físicos que prestan su voz o acompañan al protagonista en la escena, de la manera que sea necesaria.
- Cómo se estructura una sesión de psicodrama
Se compone de tres fases:
1ª) Caldeamiento: es la fase de preparación previa a la acción, consiste en crear las condiciones grupales (internas/externas) de los miembros del grupo o del paciente en cuestión. La función del terapeuta (director) es la de facilitar que se genere esa disposición emocional en los participantes.
El final de esta fase vendrá marcado por la aparición de una escena individual o grupal, en la que la persona plantea algo de sí misma que quiere conocer, resolver, etc.
2ª) Acción o Dramatización: es el paso a la representación, es el momento en el que el paciente va a plantear sus conflictos, sus dificultades y lo va a hacer actuándolo en vez de narrarlo. Los personajes internos del paciente van a aparecer junto a él y fuera de él.
Así, elegida la escena a dramatizar, el protagonista va cambiando roles con los yoes auxiliares y armando una acción que responde a la externalización del mundo interno del protagonista (Bustos, 1985).
3ª) Compartir o cierre: consiste en la reflexión que el protagonista lleva a cabo una vez concluye la dramatización, cuyo objetivo será que pueda elaborar lo que le ha generado la acción tanto a él mismo, como al resto de participantes si se tratase de un grupo. De ser así, los miembros del grupo podrán exponer desde ellos mismos sus conflictos presentes, pasados y futuros, y la mezcla de sentimientos que tales conflictos les han hecho experimentar. Los auxiliares también comentan lo que sintieron durante la representación y en ningún momento se juzga ni se valora lo ocurrido en la vivencia.
Simplemente, mi deseo con este artículo es invitarte a vivir la terapia desde un lugar diferente, creando juntos el guion de tu propia obra, de la que ser el protagonista y en la que puedan cobrar vida cada uno de los personajes de tu mundo interno… anímate a dar el salto para salir a escena y ¡arriba el telón!
Alba Psicólogos
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