¿Qué son los derechos asertivos?
¿Derechos qué? Vale, hagamos un repaso: conozco los derechos humanos, sí, de esos se habla mucho, en el colegio empiezan a explicárnoslos… Derechos de la infancia o de los niños, también me suena, creo que lo he leído o escuchado en algunas campañas. Pero ¿derechos asertivos…?
Puede ser que estos hayan sido los pensamientos de algunas de las personas al leer el título y entrar a este artículo. ¿Qué es eso de asertivos? Pues son una serie de derechos que, como el resto de los derechos, es algo que todos tenemos solo por ser personas de carne y hueso, con nuestras necesidades y opiniones. Entender estos derechos es el primer paso para poder ser más asertivos. Ser asertivo, aunque da para mucho más, es, de forma resumida, ser capaces de defender nuestros derechos, nuestras necesidades y opiniones, sin pasar por encima de las de nadie más, pero no dejando que nadie pisotee las nuestras. Como seres humanos que somos, tenemos una serie de derechos a la hora de comunicarnos y comportarnos. No sólo no se nos enseñan desde pequeños, si no que encima a veces ¡nos hacen creer todo lo contrario! ¿Listos? Allá van:
- Tenemos derecho a ser tratado con respeto.
- Tenemos derecho a tener y expresar sentimientos y opiniones propias y personales.
- Tenemos derecho a ser escuchados y tomados en serio.
- Tenemos derecho a juzgar mis propias necesidades, establecer mis prioridades y tomar mis propias decisiones.
- Tenemos derecho a decir “NO” y no sentir culpa por ello.
- Tenemos derecho a pedir lo que quiero, sabiendo que mi interlocutor también tiene derecho a decirme “NO”.
- Tenemos derecho a cambiar de opinión o de forma de ser.
- Tenemos derecho a cometer errores.
- Tenemos derecho a pedir información y ser informados sobre algo.
- Tenemos derecho a tener aquello por lo que pagué.
- Tenemos derecho a decidir no ser asertivo (¡éste es especialmente importante!)
- Tenemos derecho a ser independientes.
- Tenemos derecho a decidir qué hacer con mis propiedades, mi cuerpo, mi tiempo, etc., siempre que no se violen los derechos de los demás.
- Tenemos derecho a tener éxito.
- Tenemos derecho a gozar y disfrutar.
- Tenemos derecho al descanso y al aislamiento, siendo asertivo.
- Tenemos derecho a superarnos, incluso a superar a los demás.
Muchos de estos derechos seguro que ya lo sabías o que “los suponías”, pero nunca está de más recordarlos (y recordármelos a mí mismo). A medida que los pongamos en práctica en el día a día, más fácil será asumir que tenemos estos derechos y que todo el mundo los tiene y, quizás, sea un pequeño, pero gran paso para sentirnos mejor con nosotros mismos y con nuestras relaciones. Piensa, cuando vayas a decir o a hacer algo, que, digan lo que digan los demás, directa o indirectamente, todos tenemos estos derechos y deben ser respetados, en primer lugar, por nosotros mismos. Recuerda también, claro está, que los demás también los tienen ¡respétalos también!
¿Cómo aplicar los derechos asertivos en periodos festivos?
Hoy, además, aplicaremos este artículo a un momento especial, pero que se puede asemejar con otros muchos momentos del año: las Navidades. Con las fiestas navideñas y todo lo que ello conlleva: planes, fiestas, cenas, encuentros familiares, etc., es todavía más importante recordar todos estos derechos. ¿Qué quieren decir estos derechos en estas fechas? Aunque, como casi todo, es más fácil decirlo que hacerlo, eso también lo sabemos, estos derechos en Navidad o en cualquier otra festividad se traducen en que:
- Está bien si dices que no a invitaciones familiares si no quieres aceptarlas.
- Está bien si decides empezar tus propias tradiciones.
- Está bien si decides priorizar tus rutinas.
- Está bien que no des explicaciones sobre cómo vas a pasar un día de fiesta.
- Está bien que hagas lo que mejor te parezca para disfrutar un día de fiesta (en familia, o no).
- Está bien priorizar tu salud y no correr riesgos.
- Está bien que en navidad o en cualquier otro día festivo estés triste, los problemas no desaparecen.
- Está bien si para ti la familia en navidad NO es lo más importante.
- Está bien si no quieres beber alcohol en ninguna de las fiestas.
- Está bien sentir que el año se acabó y que no has conseguido tus metas.
- Está bien que no hagas regalos si no te los puedes permitir.
- Está bien sentirte triste ante esas sillas que han quedado vacías este año.
- Está bien que des tu propia opinión, aunque sea contraria a la mayoría de los que están en la mesa.
Estos son solo algunos ejemplos, seguro que puede haber muchos más, ¿cuáles se te ocurren a ti? Y, por último, recuerda que aceptar algunas de estas afirmaciones, no quiere decir que nos guste o que deseemos que sea así. Aceptar no quiere decir eso. Aceptar es admitir la realidad, tal y como es y, a partir de ahí, trabajar, crecer y disfrutar. Disfrutad, cada uno a vuestro modo, personal, único y precioso, los días de fiesta, y si, antes, durante o después de las navidades, sentís que necesitáis ayuda de un profesional, no dudéis en buscarla.
Alba Psicólogos
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