Este lunes, compartimos en nuestro Instagram un post sobre Carrie Bradshaw, uno de los personajes más icónicos de la televisión, y cómo podría haber manejado mejor algunas de sus emociones a través de una técnica de la Terapia Dialéctica Conductual llamada “acción opuesta”. En aquel momento, lo abordamos de manera superficial, pero hoy queremos profundizar más en este enfoque y cómo puede aplicarse en situaciones cotidianas, especialmente cuando lidiamos con el estrés, el corazón roto o la insatisfacción con la realidad.
¿Qué es la Acción Opuesta?
La Terapia Dialéctica Conductual (TDC) es una modalidad terapéutica que combina principios de la terapia cognitivo-conductual con conceptos de la filosofía dialéctica. Fue desarrollada por la psicóloga Marsha Linehan para tratar el trastorno límite de la personalidad, pero con el tiempo, ha demostrado ser útil para una variedad de problemas emocionales y conductuales.
Uno de los componentes centrales de la DBT es el concepto de “acción opuesta”. Esta técnica se basa en la idea de que nuestras emociones a menudo nos llevan a comportamientos que pueden ser contraproducentes o destructivos. La acción opuesta consiste en identificar estos comportamientos impulsados por las emociones y, en lugar de actuar según esos impulsos, optar por un comportamiento opuesto que pueda ayudar a regular la emoción y, eventualmente, cambiarla.
El Poder de la Acción Opuesta
Carrie Bradshaw, el personaje principal de Sexo en Nueva York, es conocida por su enfoque romántico y, a menudo, idealizado de las relaciones amorosas. Sin embargo, esta romantización e idealización a veces la lleva a sentir una insatisfacción profunda cuando la realidad no cumple con sus expectativas. Pensemos en cómo Carrie podría haber aplicado la acción opuesta en situaciones clave para manejar mejor sus emociones.
Estrés, el Alcohol y las Compras Compulsivas
Como muchos, Carrie recurre al alcohol y a las compras compulsivas para lidiar con el estrés. Sin embargo, aplicar la técnica de la acción opuesta puede ayudarle a manejar mejor estas emociones y romper patrones destructivos. Aquí te mostramos cómo podría hacerlo siguiendo los seis pasos de la acción opuesta.
- Reconociendo la Emoción:
Carrie podría comenzar identificando el estrés y la ansiedad que la llevan a beber o a gastar compulsivamente. Por ejemplo, podría pensar: “Me siento estresada y abrumada porque tengo que entregar un artículo mañana y siento que no está quedando como esperaba” o “Estoy ansiosa porque no sé si Big va a llamarme después de nuestra última cita”. Reconocer estas emociones es clave para entender qué las desencadena.
- Evaluando la Necesidad de Regular la Emoción:
El siguiente paso es que Carrie se pregunte si la intensidad de su estrés o ansiedad justifica una regulación emocional. Preguntarse cosas como: “¿Este estrés me está llevando a comportamientos que podrían ser dañinos para mí, como beber demasiado o gastar dinero que no tengo?”. probablemente le permitiría ver la necesidad de regular estas emociones antes de que la lleven a un lugar perjudicial. Carrie podría darse cuenta de que aunque tomar una copa o comprar unos zapatos puede ofrecer alivio momentáneo, a largo plazo solo incrementa su estrés financiero y emocional, creando un ciclo negativo.
- Identificando el comportamiento impulsivo:
Carrie observaría su tendencia a buscar consuelo en el alcohol o a comprar cuando se siente abrumada. También podría notar que, durante estas actividades, su mente está en modo de “huida”, tratando de evadir las emociones incómodas que está experimentando. Este paso implica tomar conciencia de cómo estas conductas refuerzan el ciclo de estrés.
- Planificando la acción opuesta:
En lugar de beber o comprar, Carrie podría decidir salir a caminar por Central Park, hacer yoga en casa, o incluso llamar a una amiga para hablar de lo que está sintiendo. Estas actividades no solo serían más saludables, sino que también le ofrecerían una forma más efectiva de manejar su estrés y ansiedad. Si quiere dar rienda suelta a su creatividad, podría dedicar tiempo a renovar su armario, transformando piezas antiguas en algo fresco y emocionante.
- Comprometiéndose con la acción opuesta:
Carrie tendría que comprometerse a mantener esta acción opuesta durante un período de tiempo específico. Podría establecer metas claras, como “Durante este mes, si siento la necesidad de comprar, primero haré una actividad que me relaje o me replantearé formas de usar la ropa que ya tengo. Si la necesidad persiste, revisaré mi presupuesto y consideraré si realmente necesito ropa nueva”. Este compromiso le permitiría experimentar los beneficios de estas nuevas conductas.
- Monitorizar la emoción:
Finalmente, Carrie monitorizaría cómo se siente después de aplicar la acción opuesta. Podría notar que, aunque al principio es difícil resistirse al impulso de comprar o beber, a medida que practica la acción opuesta, su estrés disminuye y se siente más empoderada y en control. Con el tiempo, vería cómo estas prácticas la llevan a un estado de bienestar más sostenible.
El Corazón Roto
Imagina a Carrie después de una de sus muchas rupturas amorosas con Mr. Big. Siente un profundo dolor, rechazo y rabia. Su comportamiento impulsivo podría llevarla a aislarse, escribir columnas llenas de amargura o incluso intentar contactar con Big para reprocharle lo mal que se siente. Sin embargo, si Carrie hubiera aplicado la acción opuesta, su reacción podría haber sido muy diferente.
- Reconociendo la Emoción:
Carrie, en lugar de sumergirse en su dolor, podría empezar por reconocerlo: “Me siento rechazada, dolida y enojada porque las cosas no salieron como esperaba con Big”.
- Evaluando la Necesidad de Regular la Emoción:
Luego, Carrie podría preguntarse: “¿Es útil o necesario que regule esta emoción? ¿Me está llevando a comportamientos destructivos?”. La respuesta probablemente sería sí, especialmente si su tristeza y enojo la están impulsando a actuar de manera impulsiva o perjudicial.
- Identificando el Comportamiento Impulsivo:
Carrie notaría que su comportamiento impulsivo incluye, por ejemplo, intentar confrontar a Big. También podría notar que su lenguaje corporal (como estar encorvada y con una expresión facial triste) refuerza su dolor.
- Planificando la Acción Opuesta:
Aquí es donde Carrie podría planificar una acción opuesta. En lugar de confrontar a Big, podría decidir no contactarlo y, en su lugar, enfocarse en actividades que le traigan alegría y que refuercen su autoestima. Carrie podría erguir la espalda, sonreír y salir con sus amigas a disfrutar de la ciudad que tanto ama.
- Comprometiéndose con la Acción Opuesta:
Carrie establecería un tiempo para comprometerse con esta nueva acción, quizá decidiendo que durante las próximas semanas se dedicará a sus amistades, a sus proyectos personales y a explorar nuevas oportunidades en lugar de sumergirse en su tristeza.
- Monitoreando la Emoción:
Finalmente, Carrie podría monitorear cómo se siente con el tiempo. Al practicar la acción opuesta, probablemente notaría que su tristeza disminuye y que comienza a sentirse más empoderada y en control de sus emociones.
Romantización y la Realidad: Cómo la Acción Opuesta Puede Romper el Ciclo
Otro aspecto clave del personaje de Carrie es su tendencia a romantizar las relaciones y, a veces, la vida en general. Este enfoque puede ser hermoso en el arte, pero en la vida real puede llevar a una insatisfacción crónica cuando la realidad no se ajusta a las expectativas idealizadas.
Supongamos que Carrie está en una relación que no cumple con sus expectativas románticas, pero en lugar de enfrentar la realidad, tiende a romantizar el pasado o a esperar un cambio milagroso. Esta actitud la deja sintiéndose insatisfecha y frustrada. ¿Cómo podría aplicar la acción opuesta aquí?
- Reconociendo la Emoción:
Carrie podría empezar reconociendo su insatisfacción y la tendencia a idealizar la relación: “Me siento frustrada porque esta relación no está funcionando como esperaba como esperaba”.
- Evaluando la Necesidad de Regular la Emoción:
Luego, podría preguntarse si esta frustración está causando comportamientos destructivos, como ignorar los problemas reales en la relación o aferrarse a una ilusión en lugar de enfrentarse a la realidad.
- Identificando el Comportamiento Impulsivo:
Carrie notaría que su comportamiento impulsivo incluye soñar despierta con un pasado idealizado o evitar tener conversaciones difíciles con su pareja.
- Planificando la Acción Opuesta:
Aquí, Carrie podría planear tener una conversación honesta con su pareja sobre lo que realmente siente y lo que necesita en la relación, en lugar de quedarse atrapada en la idealización. A su vez, escucharía las expectativas de su pareja y las aceptaría en lugar de intentar cambiarlas o ignorarlas esperando que estas cambien por sí solas. También podría decidir enfocarse en apreciar lo bueno que tiene en su vida real, en lugar de lo que le falta.
- Comprometiéndose con la Acción Opuesta:
Carrie se comprometería a actuar según su plan durante un período determinado, sabiendo que al enfrentar la realidad de su relación, puede tomar decisiones más informadas sobre su futuro.
- Monitoreando la Emoción:
A medida que Carrie pone en práctica esta acción opuesta, podría darse cuenta de que, aunque enfrentar la realidad puede ser doloroso, también le brinda claridad y la capacidad de tomar decisiones que la acercan a una vida más satisfactoria y auténtica.
Conclusión: La Acción Opuesta como Herramienta de Empoderamiento
La acción opuesta no es una negación de nuestras emociones, sino una forma de regularlas para evitar que nos controlen. Al aplicarla, podemos evitar comportamientos destructivos y, en su lugar, elegir caminos que nos lleven a un mayor bienestar emocional. Carrie Bradshaw, con toda su complejidad emocional, podría haber encontrado en la acción opuesta una herramienta valiosa para navegar sus emociones y tomar decisiones más saludables en su vida amorosa y personal. Al final del día, esta técnica es una invitación a todos nosotros a actuar con más conciencia y a construir una vida que refleje nuestras verdaderas necesidades y deseos, más allá de las ilusiones y los impulsos emocionales momentáneos.
Alba Psicólogos
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