Todas las personas queremos tener una relación de pareja sana, reconfortante, que me haga feliz pero respetando mi libertad e independencia. Queremos querer y que nos quieran, pero no depender; y esto, como podemos observar en las noticias, en las películas y series, o en las charlas que tenemos con nuestros amigos y amigas, a veces no es nada fácil y “el cuento” no tiene un final en el que todos/as son felices y comen perdices.
¿Por qué terminas cayendo en la dependencia emocional?
En este artículo se proponen algunas pautas sencillas con las que conseguiremos mantener nuestra independencia emocional para poder ser parejas autónomas y complementarias, sin caer en la necesidad de estar con mi pareja para encontrarme a salvo, tranquilo/a, feliz.
Cada vez somos más las personas llamadas a revisar nuestra manera de vincularnos para poder vivir nuestras relaciones interpersonales, y especialmente las sentimentales, con mayor libertad y bienestar.
La dependencia emocional se entiende como una forma de apego afectivo inseguro, ya que siempre va a provocar, tarde o temprano, sufrimiento. Cuando me vinculo con otra persona desde la dependencia, estoy poniendo todos mis proyectos, mis ilusiones, mis necesidades, en manos de mi pareja.
Cuando sucede esto, puede ocurrir una “despersonalización” en la que yo, cada vez me veo más incapaz de hacer nada sin la otra persona, o lo que es lo mismo, cada vez me hago menos responsable de mi vida y de las emociones y experiencias que vivo y siento.
Es como si perdiera mi propio prisma: no observo el mundo desde mi individualidad, que es única; sino que lo veo en función de cómo me ven a mí o de lo que los/as demás me dicen que ven.
Cuando hay dependencia emocional en mi relación de pareja, normalmente siempre voy a necesitar más, lo que suceda no va a ser suficiente y voy a tener sensaciones de vacío y desolación recurrentes.
De manera disfuncional, una relación dependiente, mi seguridad y bienestar no depende exclusivamente de mí, sino que depende de cómo está mi pareja o la relación con ella.
Claves para no caer en la dependencia
¿Qué puedo hacer para no caer en la dependencia? Se proponen 3 pautas sencillas:
1-Trabajar la relación conmigo mismo/a y aprender a disfrutar de mi soledad: ¿quién soy? ¿qué necesito? ¿qué es para mi una relación de pareja sana? ¿cuáles son mis miedos? ¿qué me gusta y me disgusta? ¿cómo es mi autocuidado?
La finalidad de la reflexión en este caso debe ser el autoconocimiento y el autorreconocimiento para poder generar confianza y seguridad en mí y hacerme responsable de mi vida.
2-Trabajar la exploración: aprender a explorar y romper con lo establecido tomando mis propias decisiones. Probar a hacer cosas nuevas, viajar, leer, conocer gente. La exploración propia me crea una imagen mental de mí misma/o en la que no necesito a la otra persona para tener experiencias completamente satisfactorias. Me tengo que dar el permiso de probar, de realizar actividades en solitario. Todo lo que viva por mí y para mí, me hará aprender y me hará una persona más libre y segura.
3-Estar consciente: parece sencillo pero muchas veces con el actual ritmo de vida, todo parece pasar demasiado rápido sin darme cuenta ni recordar que hice ayer, porque ya estoy pensando en lo que tengo que hacer mañana. Se propone la práctica de realizar actividades sencillas en las que mi atención esté completamente en esto que estoy haciendo. Cuando “estoy consciente”, soy capaz de identificar lo que estoy pensando y sintiendo, lo que estoy obteniendo de este encuentro. El encuentro más bonito, pero más difícil, es el del encuentro con uno/a mismo/a. ¿Cómo me dirijo a mí misma/o? ¿Qué me digo? ¿Qué encuentro cuando me miro a mí mismo/a? ¿Veo algo?
Si no nos miramos atentamente, no podemos vernos; y si no nos vemos, somos invisibles, no existimos.
Alba Psicólogos
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