¡Buenos días queridos lectores! Empezamos con la primera entrega de Cinco ¿Quieres comprender por qué los niños hacen lo que hacen? ¿quieres saber para qué lo hacen? ¿te gustaría entender los efectos de tu comportamiento?
Pues bien… solo hay que contestar CINCO PREGUNTAS, sí… solo cinco, ¡has leído bien y no es magia potagia! Resolviéndolas… llegaremos a comprender cómo educar. Así, a lo largo de las próximas semanas, iremos colgando en el Blog HABLAMOS todos los lunes. ¡No te pierdas ni una!
Calentando motores … ¡coooooooooomenzamos!
CAPÍTULO 1 – INTRODUCCIÓN
El nacimiento de un niño es un acto de esperanza y amor. Los padres esperan la llegada de su bebé para, entre otras muchas cosas, volcar en él todo su cariño, para abrazarle, mirarle, acariciarle, besarle, cuidarle… Pero, al mismo tiempo, desde el primer día deben demostrarle un acto de responsabilidad: también deben educarle.
A los niños se les educa con todas y cada una de las cosas que los adultos hacemos y decimos, y también con lo que no hacemos y no decimos. Tan importante es lo que decimos con palabras como lo que decimos con nuestros actos. Tal vez, incluso más.
Los niños expresan (verbalmente o no) deseos que, en algunas ocasiones, no se corresponden con lo que les conviene y que dan lugar a situaciones de conflicto natural que hay que resolver (no desean irse a dormir, quieren chucherías antes de la comida, no dejan que se les abrigue…). Como dato anecdótico y a tener en cuenta, la palabra «NO» es una de las diez primeras palabras que se aprenden y se utilizan.
Cómo responder a estas situaciones de desacuerdo o cómo fomentar un ambiente familiar de colaboración es la finalidad de esta Escuela de Padres, en la que se van analizando y resolviendo todo tipo de conductas: alimentación, agresividad, desobediencia, irse a dormir… Cualquier conducta infantil puede ser analizada y resuelta con este programa. El único requisito es ser metódico y seguirlo paso por paso.
Generalmente, las preguntas que nos planteamos los padres sobre la conducta infantil no implican patologías; suele tratarse de cuestiones cotidianas, para las cuáles precisamos respuestas sencillas, claras y prácticas, pero ajustadas a cada niño y a su situación.
Pero, a pesar de que los temas planteados sean sencillos, su resolución es sumamente importante, puesto que esos temas aparentemente sin importancia pueden generar en la vida familiar muchas tensiones y alterar de forma importante el clima del hogar.
•¿Qué hacer cuando Juan se niega una y otra vez a aceptar una regla sencilla como no levantarse de la silla cuando está comiendo?
•¿Cómo enfocar el hecho de que Teresa, cada vez que hay un conflicto, muerda, empuje y tire del pelo?
•¿Cómo actuaremos cuando, después de dos meses de haberle quitado el pañal, Daniel sigue haciéndose pis encima?
•¿Cómo comportarnos cuando Alberto durante la siesta decide que es el momento de ponerse a cantar? Nuestro programa enseña a observar, analizar y resolver cualquier problema (no patológico) de conducta cotidiana que pueda aparecer.
Si tenemos en cuenta que toda conducta (adecuada o inadecuada) tiene siempre una finalidad, entonces, aunque desconozcamos el objetivo de nuestro hijo cuando se hace pis encima o ignoremos la razón por la que nuestra hija pega a sus compañeros, lo cierto es que, si conociéramos su finalidad, tendríamos mucho camino andado para saber qué hacer, puesto que, si dejamos sin finalidad una conducta que se repite una y otra vez, esa conducta tenderá a disminuir.
Si, por el contrario, estimulamos una conducta adecuada, estaremos favoreciendo la posibilidad de que vuelva a aparecer. Y si, además, os digo que en toda conducta sólo pueden darse cuatro objetivos —atención, poder, revancha y auto insuficiencia—, la complejidad de la tarea se simplifica considerablemente.
La cuestión fundamental es aprender a discernir para qué un niño hace lo que hace. Una vez que conozcamos cuál es su finalidad, estaremos en una posición ventajosa para atajarlo y acabar con las conductas negativas que perjudican al niño y a la dinámica general de la familia. Que los padres posean las herramientas suficientes para afrontar y resolver esas situaciones frecuentes de conductas negativas e inadecuadas de los niños es el objetivo de este programa.