¿Sientes que tu hijo/a experimenta una ansiedad excesiva o inapropiada cuando te separas de el/ella? ¿Le cuesta ir al colegio o suele quejarse de malestares físicos junto antes de ir al cole? ¿Le supone un sufrimiento separarse del hogar o de sus figuras de apego? ¿Teme de un modo irracional que le pueda pasar algo? ¿Presenta pesadillas reiteradas sobre el tema de la separación? ¿Tiene dificultades para conciliar el sueño? ¿Suele tener quejas físicas (vómitos, dolor de tripa…) cuando prevé o anticipa la separación? ¿Muestra un malestar excesivo con gritos, llantos o súplicas? ¿Demuestra un apego excesivo hacia uno de los padres (o ambos)?
Si la respuesta a estas preguntas es SÍ, es posible que su hijo/a se encuentre ante un problema de ANSIEDAD POR SEPARACIÓN. Solo se considera un trastorno en el caso de que la sintomatología dure al menos 4 semanas antes de los 18 años. Por lo demás, la ansiedad por separación es una etapa de desarrollo normal entre los bebés y niños/as.
Las preguntas previamente expuestas suponen los síntomas más frecuentes del Trastorno de Ansiedad por separación, lo cual no quiere decir que sean necesarias todas y cada una de ellas para el cumplimiento de este. Para una mejor comprensión, se destacan manifestaciones cognitivas como “miedo a que le abandonen sus padres o que les pase algo malo” y motoras como “no quiere ir al colegio, tiene necesidad de llamar a los padres cuando no están, quejas físicas, etc.”
Llegados a este punto…. Os preguntareis cual es el origen de este trastorno… y la respuesta hace distinción entre tres elementos claves:
- POR APRENDIZAJE (exceso de protección de los padres)
- EXPERIENCIAS TRAUMÁTICAS TEMPRANAS (hospitalización, muerte, perderse, etc.)
- POR REFUERZOS (atención excesiva de los padres, evitación de aquello que genera temor como quedarse solo en casa (al evitar el malestar le reforzamos de forma negativa y siente alivio)
Si aquellos/as que nos estáis leyendo sois progenitores y os sentís identificados por lo explicado hasta el momento, es posible que os estéis replanteando una segunda cuestión… ¿Cómo podemos actuar ante la ansiedad de separación en nuestro hijo?
Para finalizar, os dejamos una serie de pautas que nos ayudaran en este proceso: PAUTAS PARA LOS PROGENITORES.
- Despedirse siempre del niño (marcharse sin decirle nada es peor, ya que pueden pensar que no vas a volver).
- Hacer una despedida corta y positiva, sin alargarla en exceso. Incluya alguna rutina (darle dos besos, adiós con las manos, señales cariñosas…etc.)
- Mantengan la calma y la coherencia: crear un ritual de despedida diciendo por ejemplo “adiós” de una forma agradable y cariñosa, pero a la vez con firmeza y sin vacilaciones
- Asegura a tú hijo que vas a volver, para ello se le puede explicar cuanto tiempo estará fuera, cuando se regresará… etc.
- En el momento de la despedida, dale toda la atención y afecto y no la alargues. Una vez que te has despedido, no vuelvas, pues de esta forma estarías empeorando la situación y se le hará aún más difícil.
- Cumple las promesas en la medida de lo posible en caso de que se le haya dicho una hora de regreso. Esto hará que la confianza en su hijo aumente.
- Sé muy claro. Tenemos que adaptarnos al estilo de un niño. (ej. Estaré aquí en la hora de la merienda)
- Es fundamental dar importancia a los hábitos de auto- cuidado en el niño y trabajar en ellos, aumentando su independencia (lavarse los dientes, irse a la cama, etc.)
- Trabajar en las habilidades sociales del niño (relación con otros niños)
- Hacer exposiciones de forma breve y continua (de forma progresiva)
Por tanto, como podemos imaginar, es especialmente importante trabajar de forma conjunta en las relaciones de apego construidas con los niños, ya que serán la base de un futuro adulto emocionalmente sano. NO OLVIDEMOS QUE… ¡Ante un apego seguro el niño aprende que sus padres siempre vuelven!
Alba Psicólogos
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