Queridos reyes magos:
Confío en vuestra bondad y magia todopoderosa,
pues mis padres que todo lo saben,
me han dicho que todo lo podéis,
y que si me he portado bien
todo lo podéis conceder.
Quiero pediros solo un cosa,
volved a mi corazón de niña.
Para vivir en el aquí y el ahora,
para mirar y ver transparencia en los demás,
para escuchar y sentir al que tengo al lado,
para oler los nuevos días mirándolos con ojos nuevos,
para dar abrazos y besos por doquier sin cálculo ni medida,
para dejar que mi sed de amor la sacien los que amo.
Para que la confianza se instale en mi día a día,
para aceptar plenamente mis errores, aprendiendo de ellos,
para ser justa con los demás y conmigo,
para reír y reír, llueva, truene, nieve o ventee,
para permitirme abrir mil puertas y dejar entrar lo que venga.
Para saber lo que es realmente importante,
para tener mi corazón repleto de esperanza y que solo albergue luz blanca de perdón, olvidando al segundo, lo que no merece ser recordado,
para querer buscar los tesoros escondidos que hay dentro de los demás,
para ser ingenua a la mañana, la tarde y la noche,
para, sin pensar, bañarme en hojas doradas de otoño.
Para ser quien soy, con corazón de niña, dar las gracias por todo, todo y todo… que yo ya sé que es mucho.
Alba Psicólogos
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