Está lloviendo, caminas bajo la lluvia, subes el volumen de tus cascos y de repente suena tu canción favorita. Ese justo momento te ha dado el aliento que necesitabas en un día como hoy, donde la incertidumbre te nubla el pensamiento y sientes que algo te corta el paso para seguir avanzando.
Porque no todos los días nos podemos permitir estar bien. Parece que es reglamentario sonreír cuando llueve por dentro y es que sentir miedo, estar tristes, angustiados… es igual de aceptable cuando tenemos motivos para ello. Que la vida tiene colores y no sólo el rosa. Por ello vive, déjate las rodillas en el asfalto, deja que el aire te sople en la cara y cuando la oscuridad asome, no cierres lo ojos; esta noche no bailas solo/a.
Quiero que me cojas de la mano y te atrevas a bailar conmigo. Quiero que me mires a los ojos y me agarres fuerte. Te prometo que no te arrepentirás. Después de bailar conmigo… verás las cosas de otro modo.
Te he acompañado toda tu vida, desde que naciste hasta hoy. He bailado más veces contigo, todas esas veces que no te atrevías a hacer algo, cuando mirabas debajo de la cama antes de acostarte, cuando te sentías solo/a, ante una situación nueva… Son infinitas las veces que hemos estado juntos y has arriesgado. Esas veces te has lanzado al vacío y te has dado cuenta que cuando uno lleva mucho tiempo a oscuras, termina viendo en la oscuridad. Por eso, no quiero que cierres los ojos, quiero que los tengas bien abiertos. No te escondas. Ponte esos zapatos que te hacen moverte como nadie y agárrame, porque nadie baila como tú tu canción favorita.
Tienes tantas ganas de conseguir tus metas que no quiero ser un estorbo. Quiero que me hagas frente, que tus ganas por alcanzar los imposibles sean mayores a mí. ¿Ya sabes quién soy? Te daré una pista… me disfrazan de monstruo cuando en realidad sólo quiero protegerte. Sí, soy el MIEDO.
Llevo un tiempo acompañándote y sé que no te gusta mi presencia. Piensas una y otra vez qué hacer para que desaparezca. No te encuentras bien, quieres salir de esta situación. Por eso, vengo a decirte yo mismo que me concedas este baile. Que tras bailar conmigo vas a salir del túnel. Sé que te espera algo diferente, algo nuevo, no sabes qué pasará y esa incertidumbre te quita el sueño… pero no quiero que dejes de intentarlo por mí. Te espera la salida de este túnel y la llegada de aquello que llevabas tanto tiempo esperando. No será fácil, pero quién dijo que lo que merece la pena lo iba a ser.
Quiero que seas fuerte, que cojas todas tus armas: tu
valentía, tus ganas, tu ilusión… y te marques tus mejores pasos. Porque todo lo nuevo puede dar miedo, pero sólo si lo intentas sabrás lo que eres capaz de alcanzar. A veces es necesario salir de nuestra zona de confort, tirar los muros y mirar de cara al futuro.
La única manera de dejar espacio para lo que realmente importa es hacer que el ruido de tu mente disminuya. No me permitas bloquearte. No quiero impedir que tu fuego interno se apague, quiero que crees historias, tu propia historia, esa que está todavía por contar y aunque yo siga apareciendo quiero que recuerdes que es para protegerte. Por ello, sólo tienes que creer en ti, baila conmigo y desapareceré.
Alba Psicólogos
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