En el mundo del cine, pocas películas han capturado la complejidad de las emociones humanas tan magistralmente como “Del Revés”. La esperada secuela, “Del Revés 2”, continúa la historia de Riley, ahora con 13 años, quien se enfrenta a los desafíos de la adolescencia y a la introducción de nuevas emociones en su mundo interno. Entre ellas destaca Ansiedad, un personaje que crea constantes tensiones y conflictos dentro del mundo emocional del personaje. Esta secuela no solo es un deleite visual y narrativo, sino que también ofrece una rica fuente de análisis desde la perspectiva de la psicología.
Más Allá De Las Emociones
Mucho se ha discutido en círculos de psicología sobre cada una de las nuevas emociones, sus utilidades, fortalezas y debilidades, y cómo interactuar con ellas de la manera más adaptativa posible. Sin embargo, hay un aspecto en “Del Revés 2” que, hasta ahora, no ha sido tan explorado y que resulta igual de relevante: el peligro de formar un sentido de identidad informado exclusivamente por una sola emoción. Esto no solo nos puede llevar a rechazar una gran diversidad de experiencias que nos pueden aportar aprendizajes muy constructivos sino que, además, corre el riesgo de llevarnos a identificarnos demasiado con esta única emoción.
Antes de ahondar en cómo la película aborda esta temática, debemos aclarar a qué se refiere este film con “sense of self” o, en español “sentido de identidad”.
¿Qué es el Sentido de Identidad?
El sentido de identidad (SOS) es nuestra experiencia personal e interior de ser nosotros mismos. Un artículo clave sobre este tema, “El sentido de identidad: Su lugar en los trastornos de personalidad, la psicopatología y la experiencia normal” de Christopher Basten y Stephen Touyz (2019), publicado en el Review of General Psychology, explora los componentes principales que constituyen el sentido de identidad. Entre los seis factores identificados, tres de ellos adquieren especial relevancia:
- Agencia: Es el sentido de ser el autor de nuestros propios pensamientos, ideas, percepciones, intenciones y acciones. Un fuerte sentido de agencia nos hace sentir auténticos y en control de nuestras decisiones. La falta de agencia puede llevar a sensaciones de falsedad o inautenticidad. Por ejemplo, considera la creencia “mis valores y creencias son míos, y estos informan adecuadamente mi conducta” frente a “siento que no soy yo quien toma las decisiones en mi vida”.
- Continuidad: Surge del pensamiento reflexivo continuo y se refiere a la idea de que nuestra experiencia humana es coherente y unificada a lo largo del tiempo. Sentir que somos los mismos a lo largo del tiempo, a pesar de sentir y vivir una gran variedad de emociones y experiencias, nos permite conectar todas estas entre sí, brindando un sentido de arraigo.
- Cohesión: Es la sensación de ser un ser completo y unificado. Permite al individuo integrar pensamientos, motivos y acciones aparentemente conflictivos como partes de sí mismo. La falta de cohesión puede llevar a la sensación de estar desmoronándose, o de no saber dónde acaba su propia identidad y dónde empieza la de los demás.
Un sentido de identidad fuerte es crucial para nuestra salud mental, ya que de debilitarse, este puede contribuir al desarrollo de trastornos psicológicos de ánimo (depresión), de personalidad (límite y narcisista, entre otros), de alimentación, y otras psicopatologías relacionadas con la obsesión y la ansiedad (Basten y Stephen, 2019). Sin embargo, incluso un sentido de identidad fuerte puede ser problemático si se basa en creencias negativas o maladaptativas. Esto lo podremos observar con gran facilidad en el apartado siguiente.
Riley y su Sentido de Identidad
La evolución del personaje de Riley en “Del Revés 2” ilustra perfectamente estos conceptos. Al inicio de la película, Riley tiene un sentido de identidad influenciado fuertemente por Alegría, quien se asegura de que solo las memorias felices definen su identidad. Esto construye una base sólida de creencias en el personaje: “Soy amable. Soy fuerte. Soy muy buena amiga.”
No obstante, este sentido de identidad es extremadamente frágil, ya que el cerebro de Riley rechaza toda aquella memoria que no sea compatible con la Alegría, obstaculizando su crecimiento y capacidad de aprendizaje emocional. Al fin y al cabo, esta necesidad de reprimir gran parte de nuestras experiencias vividas para mantener un sentido de continuidad y cohesión sólo resulta en una versión más incompleta y limitada de nuestro ser.
Con la llegada de la adolescencia, la introducción de una nueva emoción complica la situación. Ansiedad, con la intención de proteger a Riley, destruye por completo el sentido de identidad previo de Riley, abrazando tan solo aquellas creencias basadas en la prevención del daño. Esto resulta en pensamientos condicionales como “Si formo parte del equipo, no estaré sola” o “Mientras me guste lo mismo que al resto, tendré todos los amigos que necesito.” Esta tendencia a la rumiación de la protagonista le adentra en un periodo lleno de dudas y confusión sobre cómo enfrentarse a incluso las más banales decisiones de su vida.
La Adolescencia: Un Periodo Clave
Este proceso de cambio en el personaje es congruente con la comprensión psicológica de la fase de la vida que Riley está a punto de experimentar. La adolescencia es un periodo crucial para el desarrollo del sentido de identidad. Según Erik Erikson, conocido por su teoría del desarrollo psicosocial, una de las tareas clave del desarrollo en la adolescencia y la juventud es desarrollar un sentido coherente de uno mismo (1968). Desde la adolescencia temprana, los jóvenes empiezan a cuestionar y explorar quiénes son, qué roles desean desempeñar en la adultez y su lugar en la sociedad. En este proceso, reevalúan las identificaciones formadas durante la infancia y consideran nuevas posibilidades de identidad, formando nuevos compromisos.
Durante la formación de la identidad, los adolescentes exploran alternativas y, si la exploración en profundidad genera incertidumbre, pueden reconsiderar y modificar sus compromisos (Branje, de Moor, Spitzer y Becht, 2021). La mayoría no alcanza una identidad madura y completamente integrada hasta bien entrada la adultez. Los eventos estresantes pueden inducir sentimientos de discontinuidad y obligar a los adolescentes a replantear su identidad, especialmente en casos de eventos traumáticos, que pueden llevar a una difusión de la identidad.
La variabilidad en la reconsideración de la identidad puede ser necesaria para adaptarse a cambios contextuales, pero altos niveles de variabilidad pueden indicar conductas poco adaptativas. Las fluctuaciones en la reconsideración de la identidad se han asociado con menores compromisos interpersonales y educativos, y con mayores síntomas de ansiedad y depresión. Esto sugiere que la reconsideración constante puede generar desequilibrio y angustia, independientemente del nivel de reconsideración.
Un Sentido de Identidad Poco Adaptativo
Como ya hemos visto, la llegada de la pubertad supone para Riley un proceso de cambio que debilita su sentido de identidad, haciendo posible así que esta adopte nuevas creencias con un gran peso formativo. Este puede ser un periodo muy positivo para el desarrollo del individuo, pero también le hace susceptible a la construcción de un nuevo sentido de identidad menos adaptativo. Un mal procesamiento de experiencias y emociones puede fortalecer la identidad con creencias negativas, conduciendo a conductas maladaptativas.
La película ilustra esto claramente: las complejas dudas de Riley se transforman, poco a poco, en una creencia firme pero devastadora: “No soy lo bastante buena”. Esta nueva identidad, filtrada primordialmente a través de la ansiedad, lleva a Riley a caer en una profecía autocumplida: al creer no ser lo suficientemente buena para formar parte del equipo, acaba jugando peor. A largo plazo, esto puede convertirse en una pendiente resbaladiza, donde sus creencias y pensamientos nocivos guíen su conducta, llevándola a vivir experiencias negativas que confirmen esas creencias como lógicas y racionales, reforzando así su negativo sentido de identidad.
La Lección de “Del Revés 2”
“Del Revés 2” nos muestra que la clave para desarrollar un sentido de identidad saludable no reside en elegir entre todas nuestras experiencias, emociones y creencias aquellas que consideremos ‘más óptimas’ para nuestro desarrollo. La gran lección de Riley es la importancia de aprender a integrar todos estos factores, permitiendo que cada uno de ellos tenga su papel en nuestras vidas. Solo cuando decide abrazar todo aquello que experimenta en su día a día de forma ecuánime consigue convertirse en persona más completa y equilibrada, capaz de enfrentar los desafíos con una perspectiva más rica y diversa: “Necesito encajar, pero quiero ser yo misma. Soy valiente, pero me asusto.”
Podemos ver en esta integración como Riley consigue formar, esta vez, un fuerte y resiliente:
- Agencia: Riley experimenta un crecimiento significativo al reconocer y afirmar su agencia sobre sus propios pensamientos y acciones. Al principio, su identidad se encontraba puramente basada en una emoción dominante (primero Alegría, luego Ansiedad) lo que limitaba su capacidad para tomar decisiones auténticas. Sin embargo, a medida que aprende a aceptar y manejar todas sus emociones, desarrolla un sentido más profundo de agencia.
- Continuidad: A lo largo de la película, Riley experimenta una evolución continua en su pensamiento reflexivo y en cómo percibe su propia coherencia a lo largo del tiempo. Aunque inicialmente buscaba mantener una identidad coherente a través de priorizar los aprendizajes de una sola emoción, finalmente consigue integrar experiencias diversas y a veces contradictorias en una narrativa continua de su vida. Este proceso no solo fortalece su sentido de continuidad personal, sino que también enriquece su capacidad para comprender y conectar sus diversas experiencias emocionales.
- Cohesión: La cohesión emerge cuando Riley aprende a integrar pensamientos y motivos aparentemente conflictivos dentro de su identidad. En lugar de verse fragmentada por emociones discordantes, aprende a aceptar y entender que todas estas partes forman parte de su ser completo. Esta aceptación la ayuda a desarrollar una mayor cohesión interna, lo que a su vez fortalece su capacidad para enfrentar desafíos con una perspectiva más unificada y equilibrada.
Conclusión
“Del Revés 2” nos ofrece una valiosa lección sobre el sentido de identidad y la integración emocional. La adolescencia es un periodo crucial para el desarrollo de la identidad, y es fundamental aprender a equilibrar nuestras emociones y experiencias para construir una identidad fuerte y saludable. El mundo interno de Riley nos enseña que todas nuestras emociones son válidas y deben ser integradas en nuestra experiencia de vida si deseamos convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.
- Basten, C., & Touyz, S. (2019). Sense of Self: Its Place in Personality Disturbance, Psychopathology, and Normal Experience. Review of General Psychology, 108926801988088. doi:10.1177/1089268019880884
- Branje, S., de Moor, E. L., Spitzer, J., & Becht, A. I. (2021). Dynamics of Identity Development in Adolescence: A Decade in Review. Journal of research on adolescence : the official journal of the Society for Research on Adolescence, 31(4), 908–927. https://doi.org/10.1111/jora.12678
- Erikson, E. H. (1968). Identity: Youth and crisis. New York: Norton.
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