La dependencia emocional es un estado psicológico que se puede establecer en diferentes tipos de relaciones, ya sean familiares, de amistad o de pareja.
En estas relaciones, la persona que sufre la dependencia busca una cercanía extrema hacia la otra persona para cubrir necesidades como la seguridad, el afecto, el reconocimiento o la protección. Y cuando no cubre necesidades a través de la relación puede sufrir una gran angustia.
Roles en las relaciones con dependencia emocional
Cuando se dan este tipo de relaciones, se juegan dos roles complementarios: el rol de la persona dependiente, que es más sumisa ante el otro, y el rol de la persona dominante, que tiene más poder en la relación.
- La persona dependiente suele ser insegura, con una baja autoestima y poca confianza en sí misma, y desde estas carencias, busca que sea el otro quien se ocupe de ella. Este funcionamiento responde a relaciones más infantiles, en las que se necesita de otro para sobrevivir a nivel emocional. Pareciera que la persona dependiente no tiene un lugar en el mundo si no es a través de la mirada del otro, lo cual le deja en una situación muy vulnerable, con riesgo incluso de ser maltratada.
- La persona dominante puede llegar a tener en los casos más extremos un perfil de personalidad más narcisista o egoísta y buscar que le admiren o le idealicen. Que haya una persona sometida a ellos les da poder y aparentemente les engrandece.
Tanto en un rol como en el otro, ambas personas estarían participando de una relación que no es sana y de una misma herida emocional, la falta de una valoración propia construida de forma adecuada.
Esta falta de valoración se puede manifestar con sentimientos de culpa excesiva, alta exigencia hacia sí mismos, elevada autocrítica, cuestionamiento de lo que se hace/dice/piensa o siente, idealización del otro.
Funcionamiento de la dependencia emocional
La persona dependiente puede ser consciente de que someterse al otro en la relación le hace daño y aun así no poder salir de la relación. Puede sentir que necesita recibir del otro el amor o el reconocimiento, y que sin eso no puede vivir, o sentiría un vacío muy grande.
La persona renuncia a su propio cuidado y amor con tal de tener el del otro.
La dependencia emocional funciona de la misma forma que la dependencia a una sustancia: cuando no se tiene la sustancia (o la persona) se sufre un síndrome de abstinencia, que hace a la persona tratar de obtener de nuevo aquello de lo que depende para calmarse. Por eso cuando estas relaciones se rompen, es habitual que la persona intente recuperar la relación.
¿Cómo resolver esta situación?
Esta es una situación complicada a nivel emocional, y es importante que quien la sufre pueda pedir ayuda para tratar de fortalecerse y estar en la relación de una forma más autónoma.
Para ello es necesario reconocer que esa forma de funcionar no le hace bien y querer hacer algo para cambiarla. En estos casos, la terapia psicológica puede ayudar a la persona a trabajar aspectos como:
- Construir una autovaloración sana.
- Aprender a cuidarse y a atender sus necesidades.
- Confiar en si misma y en sus capacidades.
- Crear y mantener vínculos con otras personas.
- Aprender a quererse y respetarse.
Si se trabaja todo esto, es esperable que la persona se sienta más fuerte y empiece a relacionarse con los demás desde otro lugar: no tanto para rellenar sus vacíos de amor o valoración, porque esos los podrá ir cubriendo por sí misma, sino para compartir y estar con el otro de una forma más adulta y libre.
Alba Psicólogos
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